Todos los perros van al cielo

Este es mi primer post, y me hacía especial ilusión escribirlo, ya sabía el título, llevaba 2 días pensando concienzudamente de que iba a hablar y como lo quería expresar, sabía que tenía que ser algo lo suficiente interesante o útil para que al menos la gente no bostece al leerlo;  pero he recibido una triste noticia que ha cambiado el rumbo de lo que en estos momentos debía estar escribiendo.

Es complicado intentar reconfortar a alguien cuando está triste, pero más difícil es intentar consolar a alguien que ha perdido a algún ser querido, de nada sirve las frases de turno que tan arraigadas están en nuestra cultura como «te acompaño con el sentimiento» o » sé lo que sientes» o «mi más sentido pésame» , porque al fin y al cabo solo son retóricas y por mucho que tengamos empatía  y por mucho que lo intentemos, nunca sentiremos igual ni sabremos como se siente realmente aquel que está sufriendo.

¿Y que sucede si tu ser querido no es un humano? ¿Es igual de entendible el dolor de su pérdida? ¿Es equiparable con perder una persona?

Claro que es igual ¿Alguién lo duda? , me temo que sí. Es curioso lo del dolor, más que nada, lo curioso es como se interpreta:

• El dolor es incontable. O debería serlo. Imaginemos una situación: Estamos en el trabajo y durante todo el día uno de nuestros compañeros lo hemos ido viendo especialmente decaído, ante nuestra pregunta de que es lo que le sucede, nos cuenta, visiblemente emocionado e intentando controlar el llanto, que su gato de 19 años de edad, falleció la noche pasada, (hasta ahí todo bien) pero en un momento de debilidad no pudo bloquear sus lágrimas que lo delataron frente al resto de sus compañeros. (Ahí viene lo bueno!) Muchos de nosotros le consolaríamos, le tranquilizaríamos o simplemente le centraríamos la atención en otro tema, pero siempre viene el sujeto (llamémosle X)  que dirá: venga Perez que mañana te compro yo otro! y por detrás (o incluso por delante!) diría: Joer como si se le hubiese muerto su tía! Bien, este es justo el punto en el que uno se pregunta cuanto dolor debemos aparentar para un gato y cuanto para una tía, para que no nos tachen de raros. Se tratará de una cosa de especies? Es decir, quizá solo debamos sentir tristeza y derramar lágrimas frente a la pérdida de seres humanos, ¿sería más licito para  el sujeto X llorar por una tía que falleció la cual vimos 5 veces en nuestra vida?, a alguién se le ocurriría decirnos algo? yo creo que no. Pero el dolor no va de eso, no sabe de especies de razas o clases sociales, simplemente es proporcional al amor y cariño que se tuvo al que se ha perdido
• El dolor es personal e intransferible. Imaginemos la situación anterior, pero en este caso nuestro compañero afligido nos cuenta que quien ha fallecido es un familiar muy allegado con el cual tenía mucha relación, nos lo cuenta de una manera fría y distante, sin lágrimas, sin emoción…como una noticia más. Cualquiera de nosotros habría actuado como en el punto anterior: consolarle, animarlo , distraerlo … pero ahí ya llega el sujeto (llamémosle Y)  que comenta (este sí que lo hace por detrás!): No parece que le quisiese tanto! no? Yo estaría ech@ un mar de lágrimas!. Ya! el tema es que el dolor (como el amor, por supuesto) no tiene reglas. Todos y cada uno de nosotros ama a su manera y de la mejor manera que sabe, ¿por qué no podemos pensar que el duelo es algo que cada uno lleva como mejor puede?¿y que el dolor no debe ser medido por la cantidad de centilitros que derraman nuestros ojos? sino que simplemente, no tiene porque ser medido

• El dolor es una emoción. Y como tal la duración y la proyección va a ser diferente a cada sujeto. Lo que quiero decir es que nadie debe juzgarnos por tardar más o menos en superar una situación determinada. No eres menos fuerte por tardar años en superar una ruptura traumática como al igual que si en poco tiempo superas un duelo no implica que no quisieses suficiente a tu ser querido. Nadie puede juzgar el dolor de Nadie. No hay manuales. A nadie le gusta sufrir pero lo hacemos, porque sentimos y porque amamos, y por supuesto lo hacemos porque estos sentimientos forman parte de la vida todo ser humano.

Con todo lo expuesto, ¿Qué haríais si vuestro perro de 17 años de edad esta envejeciendo cada vez más rápido?¿ Qué haríais si un día deja de comer? Seguro lo llevaríais al veterinario, ¿pero si el veterinario os comenta que se está cerca el fin de sus días?, ¿Os plantearíais eutasianarlo? ¿o esperaríais? ¿Y si a los siguientes días deja de andar?¿ ahí lo llevariais? Muchos pensaríamos que mejor una muerte planeada, sin sufrimiento, que dejarlo esperar. Pero…¿y si lo quisieseis tanto que necesitáis seguir luchando? ¿Cuantos lo llevarían a otros veterinarios? ¿Cuantos contratarían a una masajista para drenar la musculatura? ¿Cuantos se aferrarían a seguir luchando? No muchos, reconozco que yo tampoco, incluso habrá sujetos (llamemosles Z) que pensarán que es una exageración,  una perdida de dinero, porque es una mascota y tarde o temprano tiene que morir. Pero…¿ Y si fuese un hijo? ¿o un hermano? ¿O una pareja? ¿Tiraríamos la toalla tan pronto? ¿Seríamos capaces (si la Eutanasia fuese legal, claro) de desconectarlo todo, cuando parece que no hay esperanza?  No estoy juzgando si está bien o está mal, no quiero hacerlo, lo que quiero demostrar es que no es nada fácil ponerse en ese lugar, y cuando quieres a alguién de verdad harás lo que mejor sabes, y bien hecho estará.

Galleta fue un gran perro que hizo muy feliz a los que le rodearon y sobre todo tuvo suerte en tener un «ama» que luchó y luchó hasta el final, buscando cualquier solución para estar, aunque solo fuese, un día más junto a él.

Y digo yo ¿Eso no es Amor?

Ahora lo que sigue es el dolor de la perdida, difícilmente consolable, al menos yo no se como hacerlo, aunque lo que si creo firmemente es que todo ser bueno tiene un lugar agradable donde ir cuando su vida terrenal termina, y que Galleta obviamente irá, porque : TODOS LOS PERROS VAN AL CIELO.

P.d: No temas, estará bien. has sido una estupenda madre-perruna! tk